martes, 1 de junio de 2010

REFLEXIONES SOBRE SOMNIUM DE JOHANNES KEPLER

Una de las mejores maneras de reflexionar sobre el pensamiento y la obra del personaje analizado a lo largo del curso en nuestro blog es hacerlo a través de sus propias palabras:
“No nos preguntamos qué propósito útil hay en el canto de los pájaros, cantar es un deseo desde que fueron creados para cantar. Del mismo modo no debemos preguntarnos por qué la mente humana se preocupa por penetrar los secretos de los cielos. La diversidad de los fenómenos de la naturaleza es tan grande y los tesoros que encierran los cielos tan ricos, precisamente para que la mente del hombre nunca se encuentre carente de su alimento básico”.
En el caso que nos ocupa a cerca de nuestro personaje y su obra Somnium, nos encontramos ante un tema que siempre ha atraído la atención y los sueños de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Se trata de un tema tan apasionante como el de la Luna, visto en el siglo XVII.
La Luna, llamada Levania en Kepler, ha despertado desde siempre una extraña atracción para el ser humano. Posiblemente todos en algún momento hemos observado la Luna y hemos sentido la sensación subjetiva y mágica que desprende el satélite. Si a pesar de los conocimientos actuales la Luna sigue ejerciendo una importante atracción, qué no debió significar para el hombre desde sus orígenes a lo largo de la historia.
El Sol y la Luna debieron de ser lo primero que se observó. El interés desde la antigüedad en la Luna hizo que se observará su naturaleza cambiante, a diferencia del astro Sol que siempre permanecía igual. La Luna ha sido divinizada a lo largo de la historia.
En cualquier caso nuestro satélite parece afectarnos tanto al planeta como a sus habitantes. No en vano las culturas humanas seguían el calendario lunar. Por no hablar de la atracción de enamorados o poetas y de términos como lunático para hacer referencia a un determinado comportamiento humano. Así para un poeta tan importante para nosotros como García Lorca la luna será un referente muy utilizado. Su Luna será la significación de la muerte, pero también simboliza el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
Como vemos la Luna siempre ha sido objeto de observación por parte del hombre. Pero lo que aquí nos interesa es ver qué significado tenía la Luna en el siglo XVII para Kepler.



LA LUNA KEPLERIANA

Una diferencia clara con otros autores que han tratado la Luna en la época moderna, reside en la particularidad que la Luna kepleriana no es utópica. El autor no trata la Luna como un mundo para desarrollar unas determinadas ideas propias de la Tierra, sino como un mundo propio que hay que conocer.
Su Luna es astronómica y en cierto modo satírica que le sirve para criticar al imperialismo español de la época o a la imposición religiosa. Es una crítica a la utopía tanto política como religiosa.
A kepler no le interesa el mundo de la Tierra le interesa la visión del universo que se tiene desde esta. Su viaje a la Luna es un viaje voluntario, motivado por la curiosidad del hombre por conocer un astro tan atractivo. Lo que pretende el autor sin perder sus convicciones religiosas es la defensa de su fe en el hombre científico, en el hombre capaz de conocer el espacio gracias a su sabiduría.
Con Kepler la Luna se convierte desde entonces en un objetivo científico principal.
No podemos en ningún momento olvidarnos del difícil contexto en el cual nuestro autor realiza su obra. Se trata de una época donde sus planteamientos eran demasiado modernos para ser aceptados con facilidad.
Sabemos que Kepler (1571-1630) desarrolla su obra en una época en la que se da la guerra de los treinta años, escenario de atroces persecuciones religiosas. Tiempos en que no se creía a Copérnico cuando afirmaba que la Tierra no era el centro del Universo. A más su vida, con una salud debilitada, estuvo plagada de sufrimientos personales y familiares. Pese a todas estas adversidades, nuestro personaje siempre se declaró seguidor de las ideas de Copérnico.
Para los historiadores de hoy en día, Kepler fue una figura clave en la revolución científica del XVII y el fundador de la ciencia moderna. Pero como hemos visto su vida no fue nada fácil. Esto podría explicar, como ocurre en varios autores, la tardanza en la publicación de su obra, en este caso publicación post mortem.
Sabemos que Kepler está interesado en buscar el conocimiento científico, lo interesante es observar la manera en que lo hace en su obra Somnium.
Para realizar su propósito utiliza las fuentes clásicas. Así utiliza como inspiración las obras del sueño scipionis, las obras satíricas de Luciano o el De Facie Lunae de Plutarco. Pero el humanista alemán no sólo se vale de los textos clásicos sino que también sabe utilizar la cultura popular, creando así Somnium.
Su voluntad es la de aportar a la sociedad unos conocimientos determinados que por la mentalidad tan conservadora de la época decide disfrazarlos en una historia atractiva como es el sueño de su alter ego Duracotus.
A través de Somnium su autor aporta toda una serie de nociones a cerca de la Luna totalmente novedosas: una luna con mares, bosques, ríos y además habitada por seres. Introduciendo como sabemos la posibilidad de vida extraterrestre.
También es el primero que habla de las dificultades reales en la realización de un viaje por el espacio, se preocupa entre otras cosas de la manera de resolver el problema de la respiración fuera de la atmósfera o de los impactos desagradables de la sobrecarga que el viajero sufriría.
Tenemos por tanto en la primera década del siglo XVII a un hombre científico que soñaba con un viaje espacial. Un viaje sorprendentemente moderno que fue escrito hace casi cuatro siglos y que ningún escritor hasta Verne nos ha aportado tantos datos científicos y tantas propuestas intuitivas como las de Johannes Kepler.
Por consiguiente, creo que la obra de Kepler es muy meritoria, ya que, se anticipa de una forma consciente a los hechos históricos y al proyecto llevado a cabo en 1969.
Mediante su deseo de situar al hombre en la Luna y cambiar su concepción del mundo en la época moderna, está defendiendo la ciencia humana, la libertad, la universalidad y el heliocentrismo, su propuesta nos conduce a la conquista del espacio.

KEPLER Y LA CIENCIA FICCIÓN

Si entendemos la Ciencia Ficción como el género de obras, cuyo contenido se basa en hipotéticos logros científicos y técnicas del futuro, es evidente que el Somnium de Kepler sea visto como pionero en el género.
Importantes autoridades en esta materia como Carl Sagan o Isaac Asimov coinciden en que el Somnium de Johannes Kepler es el primer relato de ciencia ficción como tal. Sería por tanto el primer libro de Ciencia Ficción cuya influencia llegaría a autores como John Wilkins, Samuel Butter, Julio Verne o H.G: Wells.
Esta idea de considerar a Kepler como pionero de la Ciencia Ficción es una idea discutida. La materia que tratamos es un concepto difícil, por recoger gran cantidad de temas y de estilos diferentes, lo que provoca diversidad de opiniones entre los expertos.
Lo que no podemos negar es que la literatura que practica Kepler es una verdadera literatura de anticipación. El desarrollo de la astronáutica no seria posible sin los descubrimientos de Kepler .En sus palabras decía:
“Debemos construir una nave que surque el inmenso océano del universo”
Cuatro siglos después el Voyager I y II han salido del propio sistema solar y viajan rumbo a las estrellas.
El Somnium de Kepler es una obra pionera en el hecho de cómo interpreta el vuelo a la Luna. Por todos los detalles que da su autor, es un caso donde podríamos decir que la ficción supera a la realidad. En tal sentido el presente de principios del XVII vivido por nuestro autor es proyectado a un futuro lejano en el siglo XX.
Aunque podemos pensar que la intención del autor era la de explicar la ciencia en su época y en cierto sentido intentar aportar a la sociedad unos conocimientos difíciles de comprender. No evita que de algún modo subyazga la idea de que algún día los hombres a modo de exploradores se lanzaran al espacio.
Antes de Kepler la astronomía tenía muy poca conexión con la realidad física, después de él y gracias a sus aportaciones como las de Somnium se encuentran leyes empíricas que gobiernan el movimiento planetario. Descubre las reglas físicas por las cuales los movimientos de los planetas se rigen al girar alrededor del Sol.
En su honor una cadena montañosa del satélite marciano Fobos fue bautizada con el nombre de “Kepler dorsum” y un cráter lunar.
A más cuenta con un satélite artificial que lleva su nombre. La misión Kepler consiste en este satélite que orbita alrededor del Sol buscando planetas.
En una época tan difícil como la que le toco vivir a nuestro personaje, esto no le impidió ser una figura clave en la revolución científica, ser el último astrólogo para convertirse en el primer astrónomo, explicando los fenómenos por su observación.
Su voluntad por conocer los cielos le acompañará a modo de epitafio hasta después de la muerte:
“Medí los cielos; ahora mediré las sombras de la Tierra. Mi alma era del cielo, pero la sombra de mi cuerpo reposa aquí”.


Nota: Imágenes de Wikimedia Commons


Para Saber Más:
Koestler, Arthur; Kepler, Editorial Salvat, Col. Grandes Biografías, n. 46; Barcelona, 1985.
Max Caspar; Johannes Kepler, Acento, Madrid, 2003.
Koestler, Arthur; Los sonámbulos, Biblioteca Científica Salvat, Salvat Editores S.A. Barcelona, 1986.
Asimov, I; El Universo, Alianza Editorial, Madrid, 1981.
Socas, Francisco; El sueño o la Astronomía de la Luna, (Johannes Kepler), Universidad de Huelva Publicaciones, 2001.


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